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Estamos en plena primavera y el tiempo anda revuelto, entre días nublados, lluvias retrasadas y jornadas de cielos azules y despejados, que muchos aprovechan para hacer ejercicio, pasear o tomar el sol. Los rayos de sol son grandes aliados para la piel pero también puede dañarla. Sigue estos consejos para cuidarse del sol y ¡disfruta del buen tiempo!
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Los rayos del sol ayudan a que nuestro organismo sintetice vitamina D, necesaria para mantener nuestros huesos fuertes, y es un factor beneficioso para patologías dermatológicas como la psoriasis. El sol es bueno para la piel, pero además tiene efectos positivos en nuestro estado de ánimo. Otro de los beneficios de tomar el sol es que influye positivamente sobre el corazón y el sistema cardiovascular. Sin embargo, los beneficios de la luz solar se apagan si exponemos demasiado nuestra piel al sol. Entonces pueden producirse efectos negativos para nuestra salud por lo que es importante que incrementemos los cuidados de la piel tomemos medidas y precauciones con el sol para evitarlos.
Ni qué decir tiene que cuidar la piel en verano bajo los rayos del intenso sol es aún más vital para evitar sufrir consecuencias indeseables en nuestra piel o problemas de salud más graves.
Aunque en esta época del año el astro rey no caliente como lo hace en pleno verano, hay que aprender cómo protegerse del sol para que los rayos solares no hagan mella en nuestra piel. Existen distintos tipos de radiación solar. Es importante recordar que la luz solar está formada por rayos infrarrojos, que son los responsable de calentar la superficie de nuestro planeta, el espectro de luz visible y los rayos ultravioleta (tipos A y B), que hacen que nuestra piel coja ese tono moreno que muchos desean pero que también pueden provocar efectos del sol en la piel negativos y problemas de salud como eritemas, rojeces, manchas e incluso melanomas. ¿Cómo cuidarse del sol? ¡Sigue leyendo!
Para evitar sufrir las consecuencias de una exposición inadecuada a los rayos UVA y UVB. ¿Cómo evitar las quemaduras del sol? Como medida básica preventiva, los expertos aconsejan que evitemos tomar el sol entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde. En este periodo del día es cuando la luz solar incide más verticalmente sobre la piel y, por tanto, cuando pueden producirse las quemaduras por el sol al ser los efectos sobre ella más fuertes.
La protección de la piel en niños es especialmente importante, ya que son más sensibles. Es imprescindible para evitar en ellos una reacción al sol negativa que siempre lleven sombrero y cremas de protección solar cuando se encuentren al aire libre, tanto si el día es soleado como si está ligeramente nublado. Los bebés de pocos meses no deben exponerse al sol de forma directa para evitar quemaduras en su piel, que con menos de 6 meses de edad es demasiado sensible.
Por último, no debemos olvidar que hay algunas circunstancias que hacen que nuestra fotosensibilidad aumente. Ante una exposición excesiva a los rayos del sol, las mujeres embarazadas pueden desarrollar un tipo de manchas en la piel llamadas “cloasma” que no suelen desaparecer tras el parto. Sol y embarazo, por tanto, es sinónimo de cuidados de protección muy elevados. Además, algunos productos cosméticos como los perfumes o medicamentos fotosensibles como la píldora anticonceptiva producen un efecto fototóxico que hacen que la absorción en la piel de los rayos ultravioleta sea mayor y, por tanto, aumentan los efectos negativos de estos sobre la salud.
Por tanto, recuerda que a pesar de los beneficios de tomar el sol, es importante para la salud tomar precauciones con la exposición solar y hacerlo con responsabilidad.
