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Pasas por la puerta de las cafeterías de moda y ves esos deliciosos y tentadores frapuccinos llenos de crema y sirope de chocolate soñando con probarlos, pero no puedes ni asomarte por miedo a que te sienten mal. Bueno, se acabó el problema porque en Kaiku Sin Lactosa vamos a enseñarte cómo hacer frappuccino sin lactosa, de los de verdad. Tanto que todos querrán ir a visitarte para disfrutar de este ligero café en tu casa.
El frapuccino es una combinación de dos de los mejores sabores que podemos encontrar en una cafetería: el frappé y el capuccino. Es una infusión superfresquita, ideal para desayunar y empezar con energía el día o recuperar fuerzas por la tarde.
El frappé que da origen a esta variante es un tipo de café frío que, por curioso que parezca, no proviene de tierras tropicales, sino de Grecia. Es muy popular allí y en Chipre y, como muchas delicias culinarias, se inventó por accidente. Se dice que un representante de la compañía Nestlé que se encontraba en la Feria de Comercio de Tesalónica no encontraba agua caliente para preparar el café instantáneo que tomaba habitualmente. Decidió mezclar el café con agua fría en una coctelera. Lo que le da ese nombre tan característico es el hecho de que para hacerlo hay que agitarlo y siempre se toma helado.
Hay diferentes maneras de preparar frappuccino y se puede dar bastante rienda suelta a la imaginación a la hora de ponerse a decorarlo. En algunos lugares se coloca una bola de helado de vainilla encima, aunque si le ponemos nata montada sin lactosa, por ejemplo, quedará muy parecido a los que podemos encontrar en las grandes cadenas de cafeterías como Starbucks. Además, en ambas versiones es perfecto para servir como postre.
Cuando lo ves puede parecer difícil, sin embargo, aprender a hacer un frappuccino es mucho más sencillo de lo que crees y tampoco requiere demasiados utensilios de cocina ni cafeteras especiales.
Ahora sí, vamos con la receta de un delicioso frapuccinoo sin lactosa que te hará montar tu propio Starbucks en casa. ¡Apunta!
Comensales: 1
Tiempo de preparación: 10 minutos.
Lo primero es tener lista la infusión. Ten en cuenta que siempre es mejor si lo puedes hacer espresso o filtrado con un buen grano recién molido. Asegúrate de dejarlo enfriar hasta que esté a temperatura ambiente, de lo contrario, si lo viertes caliente sobre el hielo se puede estropear el sabor. Además, es importante que lo prepares fuerte, porque al mezclarlo se diluirá bastante, así que usa el doble de grano molido que utilizarías para un café caliente habitual.
Coloca el café templado, el hielo, la leche, el azúcar y el sirope de chocolate. Licúa unos treinta segundos hasta que el hielo quede completamente triturado y la bebida tenga una textura suave.
Para servir vamos a emplear un vaso alto. Pinta las paredes con un poco de sirope de chocolate con la forma que más te guste y sirve la bebida sin llenarlo hasta el borde. Prepara la nata montada y colócala como topping con la ayuda de una manga de repostería. A continuación dale el último toque espolvoreando con un poco de canela y cacao.
Ahora sí que sabes cómo hacer un frapuccino delicioso, igualito al de las cafeterías, pero sin lactosa. ¡Que lo disfrutes!
