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Existe un alimento que se parece mucho a la felicidad; aunque la respuesta que primero nos viene a la cabeza seguramente sea el chocolate, pensándolo fríamente: ¿chocolate? ¿seguro? mejor algo más fresquito. Ahora todos tenéis en mente un delicioso, ligero y, sobre todo, frío polo helado: porque algo tienen los helados sobre un palo de madera que nos devuelve a la infancia y nos hace disfrutar del verano cómo auténticos niños. Descubre cómo hacer polos de frutas caseros con esta receta fácil y rápida.
¿En qué momento perdimos las buenas costumbres? Porque nunca debimos descuidarlas, y porque es una receta tan fácil como veraniega, como familiar (convertir a los niños en mini chefs por un día y enseñarles cómo hacer helado casero augura mucha diversión), compartimos con vosotros la receta para disfrutar de los polos caseros tanto como siempre. ¡Y una opción perfecta y saludable para que los más pequeños de la casa coman fruta como si se les fuera la vida en ello!
La versión larga de la receta: consiste en mezclar el yogur con la fruta de nuestra elección, batirlo hasta que quede una mezcla cremosa, y congelarlo en moldes de polo. Si tenéis fruta muy madura, es una salida estupenda para poder consumirla sin que se estropee. Para este ejemplo, elegimos fresas: el polo por excelencia (con perdón al de limón).
Tipo de cocina: italiana
Tiempo de preparación: 15 minutos
Tiempo de congelación: idealmente 3h, pero después de 1h ya se podría comer
Personas: 4 personas
Para cuatro personas, las cantidades idóneas son:
Y, aunque los pasos se explican solos, los desglosamos para los que os gusta seguir las recetas a rajatabla.
Lavamos las fresas y las cortamos en pedacitos medianos.
Las mezclamos con el yogur y batimos hasta obtener una crema ligera de textura.
Introducimos la mezcla en el molde que tengamos y al congelador. Dejamos enfriar hasta que se conviertan en polos de yogurt helado.
¿Y si tenemos el día vago pero, aun así, no queremos renunciar a un rico polo con sabor a fruta? Pues también tenemos buenas noticias: haciendo hueco en el congelador y echando mano de los yogures de fresa o frambuesa de Kaiku Sin Lactosa, también podemos disfrutar en casa de un helado ligero y digestivo – los polos sin lactosa no conocen la expresión “empacho por helado”. ¿La receta? Cogemos un pack de yogures de nuestro sabor favorito, retiramos la tapa y colocamos (lo más vertical posible, para que luego sea fácil de retirar) un palo de madera o de plástico (los de los moldes de polos sirven). Colocamos en el congelador, dejamos enfriar y… ¡nuestros helados sin lactosa listos en menos de 3 minutos!
Porque la comida casera también puede servirse fría y, además, estos polos caseros sin lactosa tienen una ventaja clara: es prácticamente imposible que salgan mal, y los niños se lo pasarán bomba sin posibilidad de catástrofe en la cocina. ¿Alguien que no se apunte a degustar un delicioso helado artesanal de creación propia? #daelpaso y consume tus yogures Kaiku Sin Lactosa favoritos de una manera diferente!
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