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Bienvenidos a la gran enciclopedia de Kaiku Sin Lactosa, aquella en la que en tan sólo un clic te irás a la cama sabiendo una cosa más. En esta nueva edición, nos complace presentar a la leche y sus derivados, los yogures y el queso, y nos decidimos a desentrañar los grandes mitos y verdades que hay detrás de estos alimentos tan básicos en el día a día.
Preguntas como «¿Un vaso de leche al día es suficiente?» o «¿Todos los productos sin lactosa son iguales?» serán respondidas en este inquietante y esclarecedor post de la verdad sobre la leche. Porque la vida está llena de leyendas urbanas, no se salva ni nuestro tentempié favorito de media mañana. #DaElPaso a descubrir cosas nuevas todos los días, y a saber qué es lo que llevas en tu bolsa de la compra J
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Sin dejar de lado el gran aporte de calcio que la leche y sus derivados hacen a la hora de fortalecer los huesos, es importante saber que los músculos también salen beneficiados.
Numerosos estudios en gente deportista y personas cuyo trabajo requiere grandes esfuerzos físicos han demostrado cómo estos alimentos mantienen los niveles de energía a la vez que ayudan a que su masa muscular aumente. Leche para fortachones 🙂
Como no podría ser de otra manera, somos expertos en este tipo de procesos y sabemos que no todos lo sin lactosa es igual, así que nos ponemos técnicos. Por un lado están los lácteos bajos en lactosa, los cuales tienen un contenido en lactosa inferior a su versión natural (desde 0,1g hasta 0,6g por cada 100ml frente a los 4,7 de la leche normal), mientras que los lácteos sin lactosa tienen un contenido inferior a 0,01g por 100ml, con lo que son más efectivos en cuanto a ligereza se refiere.
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Llega el frío y tú ya estás con gripe. Para el tratamiento de enfermedades que requieren antibióticos como medicamento, tenemos que tener en cuenta que los antibióticos debilitan las bacterias de la flora intestinal al atacar a las infecciosas. ¿La solución? Cárgate de probióticos, imprescindibles a la hora de cuidar el intestino y presentes en nuestros yogures sin lactosa.
Un vaso de leche es una fuente importante de calcio, pero si queremos que la cantidad de nutrientes procedentes de los lácteos sea el adecuado al día, conviene complementar el vaso con yogures o queso. Incluso incluir la leche en recetas como purés o batidos para aportar un extra de nutrientes.
A la hora de ponerte en forma, consumir queso es una buena fuente de nutrientes. Si lo tomamos antes del ejercicio, proporciona un extra de energía y la sensación de bienestar aumenta. Si lo tomamos después, ayuda a la recuperación gracias a sus proteínas, encargadas de reparar los músculos.
¿Sabíais que el yogur ayuda a hacer la digestión? Gracias a su contenido en probióticos, por supuesto. Si un shot de probióticos necesitáis, apostad por los yogures con Lactobacillus, ya que ayudan a la absorción de los nutrientes al equilibrar la flora intestinal.