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Todos tenemos un amigo cuya madre o abuela hace las mejores croquetas, y si no lo tienes, ese amigo eres tú. Este bocado nos devuelve a las raíces para defender la receta familiar a capa y espada. Aunque lo cierto es que nadie le hace ascos a una croqueta casera, venga de donde venga, y menos si es una croqueta sin lactosa. Por eso, y porque nuestro recetario necesita ese toque tradicional, hoy traemos la receta de las croquetas de la yaya. ¡Las de verdad!
Los trucos nos los da Mari Carmen, la yaya más conocida de Tik Tok, que ha celebrado la Navidad con nosotros y con vosotros aportando los mejores consejos de abuela. El primero y más importante es que para hacer esta receta de croquetas sin lactosa no necesitas comprar nada nuevo, sino rescatar algo de carne de los festines de estos días para que estas guarden todo el sabor. Como dice Mari Carmen: «el secreto de las croquetas de pollo es que no existen, las auténticas croquetas se hacen con sobras, pero a nuestros nietos les contamos que son de pollo».
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¿Estás listo para chuparte los dedos? Te recomendamos que hagas de sobra porque además estas croquetas sin lactosa se pueden congelar.
Cocina: española
Tiempo de elaboración: 1h y 30 min
Tiempo de reposo: al menos 2h en la nevera
Personas: 4 personas
Para preparar esta receta, empezamos haciendo la bechamel sin lactosa. Para ello, calienta la leche sin lactosa en el microondas y mientras, en una sartén, cubre el fondo con aceite de oliva. Una vez esté caliente, añade la harina y remueve muy bien para eliminar los grumos. Debes dejar que la harina se tueste un poco para que no sepa a crudo. Cuando empiece a dorarse, es el momento de la leche caliente. Añade poco a poco y sin dejar de remover, se convertirá en la bechamel. Pon sal, pimienta y nuez moscada y remueve bien hasta que tenga una textura muy cremosa.
Una vez tienes lista tu bechamel, añade el relleno previamente desmigado o picado. Si sobraron carnes de alguna comida, serán ideales para clavar las croquetas típicas de tu abuela. Sino, pon setas, queso sin lactosa, jamón serrano, pollo… Remueve hasta que quede todo mezclado. Ya tienes lista la masa, déjala enfriar cubierta con film en el frigorífico durante unas horas.
Prepara un plato con un huevo batido y otro con pan rallado. Saca tu masa fría de la nevera, si está dura es bueno porque es más fácil moldear las croquetas entonces. Ve formando las croquetas con una cuchara, procurando que queden todas de tamaño similar. Y cuando las tengas pasa todas por huevo batido y pan rallado para empanarlas. En este punto es donde puedes congelar las que no te vayas a comer.
Pon bastante aceite en una sartén. Cuando esté lo suficientemente caliente, fríe tus croquetas durante unos minutos y listo. Truco de yaya: si tienes miedo de que se rompan, empieza friendo a fuego más suave para que darles la vuelta sea más fácil y termina subiendo la temperatura para un frito perfecto.
Sí, sí, y mil veces sí. Este es uno de esos bocados que merece la pena hacer en cantidades ingentes porque congelar croquetas es muy fácil y encontrarlas en el congelador un mes después te alegrará la vida. Solo tienes que pararte en el paso 3. Una vez tengas todas las croquetas empanadas, elige un tupper apto para congelar y mételas directamente al frío. Cuando quieras rescatarlas, solo tienes que sacarlas del congelador y freirlas primero con el fuego más bajo y después más alto.
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