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Aunque el invierno empezó oficialmente el 21 de diciembre, el frío de verdad empezó la semana pasada. La piel, además de ser el órgano más grande del cuerpo, también es el que se encuentra más expuesto a las bajas temperaturas y sus consecuencias.
En el invierno, si no cuidamos nuestra piel, es más probable que esta sufra sequedad, escamaciones, rojeces e irritaciones. Por ello, te damos algunos consejos para proteger la piel de las bajas temperaturas y las inclemencias del tiempo.
– Abrígate y tapa siempre que puedas la cara, cuello y manos para que el frío no las afecte. ¡Es la excusa perfecta para lucir guantes, bufandas y gorros!
– Hidrátate, tanto por dentro como por fuera. Además de aplicar cremas adecuadas para tu tipo de piel, no olvides beber agua de forma frecuente aunque no tengas sed pues esto ayuda a que la piel se mantega tersa, firme y sana.
– Evita el exceso de calefacción pues mantener una temperatura demasiado alta en casa no sólo reseca el ambiente y la piel si no que somete a nuestro cuerpo a bruscos cambios térmicos.
– Ponte protección solar. Aunque no haga calor, la luz solar en invierno también puede provocar daños en nuestra piel a medio-largo plazo. Utiliza un factor de protección leve en el día a día y una extrema en caso de que practiques deportes al aire libre como esquí o snowboard.