¿Por qué Cleopatra se bañaba con leche?

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¿Por qué Cleopatra se bañaba con leche?

Es una de las grandes preguntas de la humanidad. Cleopatra se bañaba con leche de burra: la última gran reina de Egipto, se ha convertido prácticamente en una figura mitológica, cuyas costumbres más íntimas son completamente del dominio público (y eso que, en la época, la prensa rosa y las alfombras rojas no eran lo que son ahora). Uno de los principales motivos por los que está presente en el imaginario colectivo: por su belleza radiante debido a… ¿Cón qué se bañaba Cleopatra? Lo sabéis: su famoso baño de leche (de burra, concretamente) era su secreto para cuidar la piel. Y que levante ahora la mano el valiente que no se ha planteado alguna vez en su vida cómo sería darse uno de estos baños, en modo faraón egipcio. Y… ¿por qué no hacerlo?

Con qué se bañaba Cleopatra

¿Cón qué se bañaba Cleopatra y por qué se bañaba en leche de burra?

Seguramente vuestra primera respuesta a esto sea: “sí, pero ¿por qué voy a complicarme la vida con un baño de leche?”; seguido de “espera un momento, si además… ¿de dónde voy a sacar yo el tiempo para darme un baño?”. Única respuesta posible: porque sí, porque nos lo merecemos, porque en esta vida hay que probar cosas y ver qué se siente siendo Cleopatra por un día es una de ellas. Pero además resulta que no nos complicamos la vida para nada, sino al revés: las propiedades beauty de la leche hacen de nuestro baño un todo incluido en cuestión de tratamientos de belleza.

La leche (de burra la usaba Cleopatra, vosotros no tenéis que ser tan rebuscados) proporciona hidratación, disminuye los poros y además ejerce una gran función calmante (mano de santo en quemaduras o rojeces) y limpiadora (adiós, células muertas y apagadas). En resumen: un baño que nos lo pone en bandeja para cuidarnos, aunque no sea nuestra intención.

Baño de leche: cómo prepararlo

Tranquilos, no tendréis que salir del supermercado con 200 cartones de leche. ¿Cómo preparar un baño de leche? Con tres tazas es suficiente. Eso sí, de leche entera: es la más hidratante y, aunque el baño en realidad nos lo demos para relajarnos y tener media hora de paz absoluta, la excusa beauty sigue presente. Para aprovechar al máximo las propiedades de la leche, es conveniente exfoliar la piel para ayudar al cuerpo a absorberla mejor. La duración idónea de este baño es de al menos 20 minutos: no es ideal para antes de ir al trabajo, pero sí puede ser un colofón a lo grande para el final de la tarde (y para tener en mente ante cualquier contratiempo que pueda haber en el día: repitamos todos “todo me resbala porque esta noche me voy a dar un baño que ni la mismísima Cleopatra”).

Baño de leche de burra de Cleopatra

El baño de Cleopatra en los tiempos de Instagram

Si os ponéis muy extravagantes (y aprovechando que ya llega la primavera y es época de flores) podéis añadirle un “toque Instagram” a vuestro baño y añadir pétalos de rosa para aromatizar. Si no tenemos un jardín botánico en casa (entendemos que es el caso habitual), la lavanda, la miel y aceites esenciales también crean esencias agradables para acompañar nuestro baño de leche. Si nos vamos a dar un baño digno de una reina, hagámoslo bien: regálate la tarde de (bendita) relajación que te mereces . Sentíos como Cleopatra con sus baños de leche. ¡A disfrutar!

Por qué Cleopatra se bañaba con leche de burra

 

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Qué beneficios brinda bañarse con leche

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