LO MÁS VISTO
Ya sí que sí: no podemos negar la evidencia de que el frío está aquí para quedarse. Con el otoño se abre la temporada de las cremas calientes que tanto apetecen por la noche. Son sanas, ligeras y aportan un montón de vitaminas que tan bien nos vienen ahora que tenemos menos horas de sol.
Y además permiten reciclar ingredientes, como os comentábamos cuando nos preparábamos para Halloween: la primera semana de noviembre hay un superávit de calabazas en el 80% de los hogares. ¿Su destino natural? Una deliciosa crema de calabaza sin lactosa.
Quizás te pueda interesar: Cómo comer sano y ser feliz, ¡apúntate a la moda del smoothie bowl!
Esta que os proponemos hoy tiene un sabor suave y delicioso y muchas vitaminas antioxidantes como la vitamina A, C y la vitamina E, y además está deliciosa. Nos va a venir muy bien para esos resfriados que ahora con los cambios de temperatura son tan comunes.
Quizás te pueda interesar: Cómo acabar con estos 5 malos hábitos alimenticios para llevar una dieta saludable
Lavamos y pelamos la calabaza. La cortamos en cubos y la cocemos junto con las zanahorias. Cuando la calabaza esté blanda, la colamos y reservamos escurrida, guardando un vaso del caldo de cocción.
En una cacerola salteamos la cebolla y el ajo, y cuando estén blanditos añadimos el calabacín picado. Salteamos hasta que el calabacín esté blando también.
Cuando la calabaza esté cocida, la ponemos en un vaso de batidora con la cebolla, el calabacín y el caldo muy caliente. Trituramos bien hasta que quede una mezcla homogénea. Ahora es el momento de aportarle cremosidad: para eso, añadimos la nata y volvemos a batir. Salpimentamos, y servimos caliente con un poco de cebolla frita por encima.
¿Das el paso a preparar una receta muy, muy otoñal?
