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De los creadores de «Se pueden congelar los lácteos» y «se puede congelar la leche» … llega la respuesta a la pregunta: ¿se puede congelar el yogur?
Los adeptos a meter en el congelador todo tipo de alimentos, quizá ya se hayan atrevido con el yogur. Si bien es verdad que esta es una forma de conservar sus bacterias, hay que tener en cuenta ciertos consejos para que no pierda cualidades. Es decir, se pueden congelar los yogures y luego no hay ningún problema en comer yogur congelado, pero antes de lanzarte a la aventura, desde Kaiku Sin Lactosa te damos unos truquitos.
Sí, aunque si lo vas a hacer por su proximidad a la fecha de consumo preferente, debes saber que el yogur es un alimento con vida más allá de esa fecha y no merece la pena congelarlo para una semana.
Dicho esto, el yogur se puede congelar, y para hacerlo no debes apurar hasta el día de su consumo preferente. Cuanto más fresco esté, más tiempo podrá mantener sus propiedades en tu congelador.
Es importante tener en cuenta que al congelar yogures, más cuando no están elaborados con leche entera y fermentos, pueden perder su textura. Los más cremosos, tipo griego Kaiku Sin Lactosa o naturales más densos tienen más puntos para salir del congelador manteniendo su forma original. Los de sabores, los desnatados y otros yogures con más aditivos pueden congelarse pero deberás batirlos bien tras descongelarlos, porque pueden perder su textura homogénea.
En cualquier caso, que esto suceda no implica que el yogur esté en mal estado. De hecho, al perder un poco su cremosidad, lo ideal es emplear tu yogur congelado para cocinar, para hacer alguna salsa de ensalada o… ¡para hacer yogur helado!
Como comentábamos, cuanto más simple y natural sea el yogur, más fácil es que al congelarlo no pierda su textura. Congelar yogur desnatado para preservarlo cuando se queda huérfano en la nevera es una opción, asumiendo esta transformación. Para evitar al máximo posible esos gránulos, saca el suero, pasa el yogur a un recipiente de congelar y a la salida, respeta la cadena de frío y dale un punto de batidora si quieres que tenga la cremosidad habitual.
Congelar yogur griego es posible y además el hecho de ser más graso le da más puntos para mantenerse delicioso tras su paso por el frío.
Si no se te ha pasado por la cabeza clavarle un palito al yogur y meterlo al congelador para obtener un polo de helado, es que no has tenido infancia. Esta mecánica, sin embargo, no es la ideal: aunque congelar yogur para hacer helado es un ideón.
Primero extrae el suelo de tu yogur. A continuación bate el yogur y añade un poco de miel, puedes hacerlo con unas varillas o con la batidora para que todo quede bien mezclado. Pásalo a un recipiente de congelar e introdúcelo en el congelador. Para conseguir que se congele uniformemente, puedes ir removiendo cada cierto tiempo. También puedes añadir frutas o mermelada en este punto de semi-congelado. Cuando esté totalmente congelado, tapa con papel de horno y cierra bien el tupper.
Para descongelar el yogur debes sacarlo a la nevera, a una zona templada y dejar que se vaya calentando paulatinamente. Así es cómo los fermentos y las bacterias volverán a reactivarse, y con ellas las propiedades de este alimento para cuidar nuestra flora. Una vez vuelva a su estado normal, debes consumirlo en un día preferiblemente.
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