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El yoga es una práctica física, mental y espiritual que viene usándose en occidente desde hace décadas. Sin embargo, en los últimos años ha surgido una técnica de belleza y relajación específica para el rostro, conocida como ‘yoga facial’. Quienes la practican aseguran que con este sistema es posible reducir el estrés y rejuvenecer la piel del rostro. Y como en Kaiku Sin Lactosa queremos que te sientas genial tanto por dentro como por fuera, te contamos cómo funciona el yoga facial.
Conforme envejecemos, la capa de grasa que se sitúa entre la piel del rostro y los músculos se hace más delgada, y con ello disminuye la elasticidad. Este es el motivo por el que surgen nuevas arrugas y la gravedad hace su aparición. Por esta razón, el yoga facial es una disciplina que puede ayudarte a cuidar tu piel.
El objetivo de esta novedosa práctica es la de poner en marcha los 43 músculos que conforman el rostro. Para ello, el yoga facial se vale de diferentes ejercicios que favorecen tanto el cuerpo como la mente. Y es que aunque la única diferencia entre los músculos del rostro y el resto de músculos del cuerpo es su tamaño, estos primeros pasan más desapercibidos.
El yoga facial funciona poniendo en marcha los músculos que componen el rostro y el cuello a través de la gesticulación, los estiramientos y los masajes. De hecho, el yoga facial favorece el fortalecimiento y la tonificación de los músculos, cualidades que mejoran la apariencia y reducen algunos de los signos visibles del paso del tiempo. Estos son algunos de sus principales beneficios:
Además, si quieres lograr un rostro mucho más cuidado, recuerda exfoliar la piel al menos una vez a la semana e hidratar con una crema adecuada para tu tipo de piel.
Los ejercicios que puedes poner en marcha para trabajar y relajar tu rostro son muy variados. De cualquier forma, para ver resultados significativos es necesario practicar los ejercicios de rejuvenecimiento de yoga facial al menos 15 minutos cada día. ¡Un instante que se pasará volando y con el que disfrutarás de un momento exclusivamente para ti!
Te contamos unos cuantos ejemplos para que puedas apreciar el antes y el después a través del yoga facial.
La frente es una de las zonas del rostro donde más puede apreciarse el avance del tiempo. Para incorporar los beneficios del yoga facial a esta área, coloca la mano abierta sobre la frente y desliza los dedos hacia el lateral. De este modo se estimulará la circulación y podrás liberar la tensión acumulada.
Cierra los ojos y aprieta con fuerza (sin abusar). Ábrelos rápidamente con expresión de asombro y repite hasta 10 veces.
Los ejercicios de yoga facial para pómulos y mejillas son algunos de los más populares. En una posición cómoda empieza inhalando una bocanada de aire, luego expulsa el aire. Hazlo durante 8 y 10 veces para evitar las conocidas como mejillas vacías.
Este masaje de yoga facial es ideal para tratar el músculo masetero y toda la tensión que allí pueda haber. Para ello, pellizca con ambas manos a cada lado toda la línea de la mandíbula hacia las orejas. Empieza el ejercicio de nuevo hasta haberlo realizado al menos 3 veces. Luego masajea suavemente de forma ascendente con los dedos pulgares.
Este es un ejemplo de yoga facial para la flacidez que ayuda a reducir papada. Apoya una mano bajo la mandíbula, como si sujetaras la cabeza. Con la otra mano, sostén el codo del brazo que agarra la barbilla. Mantén esta posición durante unos minutos. Cuando termines, masajea el cuello con movimientos descendentes.
Por último, el ejercicio de yoga facial para el cuello que te proponemos consiste en mirar al frente, girar el cuello hacia uno de los hombros y detenerse en esa posición (la barbilla estará sobre el hombro del lado que hayas escogido). Levanta la cabeza y mira hacia arriba. Y si tienes problemas de cervicales, consulta antes con tu médico.
El surgir del yoga facial es la oportunidad de aplicar un tratamiento complementario al cuidado de la piel. Comienza con estos ejercicios y masajes cuanto antes y mima tu piel como se merece.
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